Recientemente, el tema deaflatoxinEl crecimiento de bacterias en panecillos al vapor congelados tras más de dos días ha generado preocupación pública. ¿Es seguro consumir panecillos al vapor congelados? ¿Cómo deben almacenarse científicamente? ¿Y cómo podemos prevenir el riesgo de exposición a las aflatoxinas en la vida diaria? La prensa ha solicitado información sobre estos asuntos.
Los bollos al vapor congelados no producen aflatoxina en condiciones normales, ya que esta se produce principalmente por mohos como el Aspergillus flavus en ambientes de alta temperatura y alta humedad. El ambiente congelado (alrededor de -18 °C) no favorece la proliferación de moho, afirmó Wu Jia, subsecretario general de la División de Educación Nutricional de la Asociación China de Promoción y Educación para la Salud. Si los bollos al vapor ya estaban contaminados con moho antes de congelarlos, las toxinas del moho no se eliminarán ni siquiera con la congelación. Por lo tanto, los bollos al vapor congelados, frescos y sin moho antes de congelarlos, se pueden consumir con tranquilidad. Si presentan un olor inusual, un cambio de color o una superficie anormal después de descongelarlos, deben desecharse para evitar su consumo.
Según "Nutrición e Higiene Alimentaria", la aflatoxina es un metabolito producido por Aspergillus flavus y Aspergillus parasiticus, hongos comunes en granos y piensos. En China, Aspergillus parasiticus es relativamente raro. El rango de temperatura para que Aspergillus flavus crezca y produzca aflatoxina es de 12 °C a 42 °C, siendo la temperatura óptima para la producción de aflatoxina de 25 °C a 33 °C, y el valor óptimo de actividad de agua es de 0,93 a 0,98.

La aflatoxina se produce principalmente por mohos en ambientes cálidos y húmedos. Tomar precauciones en la vida diaria puede reducir eficazmente el riesgo de exposición e ingestión de aflatoxina. Los expertos recomiendan elegir marcas y vendedores de confianza al comprar alimentos para garantizar su frescura y seguridad. Al almacenar alimentos, preste atención a su vida útil y guárdelos en un lugar seco, bien ventilado y oscuro para reducir la posibilidad de aparición de moho. Es especialmente importante tener en cuenta que almacenar alimentos en el refrigerador no es un método infalible, ya que los alimentos tienen tiempos de conservación óptimos. Durante el procesamiento y la cocción de alimentos, estos deben lavarse cuidadosamente y prestar atención a los métodos de cocción.
Además, gracias a su buena estabilidad térmica, la aflatoxina no se descompone fácilmente con la cocción y el calentamiento convencionales. Se deben evitar los alimentos con moho, e incluso si se elimina la parte mohosa, no se debe consumir el resto. Asimismo, se debe fomentar la concienciación sobre la seguridad alimentaria y los utensilios de cocina, como palillos y tablas de cortar, deben limpiarse con prontitud y reemplazarse regularmente para prevenir la proliferación de moho y bacterias.
En cuanto al almacenamiento científico de los bollos al vapor, Wu Jia afirmó que la congelación es la opción más segura y sabrosa. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los bollos al vapor deben sellarse en bolsas de plástico o film transparente para evitar el contacto con el aire, la evaporación del agua y la contaminación por olores. Los bollos al vapor que no estén contaminados con moho pueden consumirse en un plazo de seis meses si se almacenan en un ambiente congelado a menos de -18 °C. En un ambiente refrigerado, pueden conservarse de uno a dos días, pero también deben sellarse para evitar la humedad.
Hora de publicación: 19 de diciembre de 2024